Y su padre nunca le había disgustado en todos sus días, diciéndole: ¿Por qué has hecho así y así? Y él también era de muy hermosa presencia; y su madre le había dado a luz después de Absalom.
El aspecto de su semblante testifica contra ellos; pues que publican su pecado como Sodoma; no lo encubren. ¡Ay de ellos! porque han allegado el mal para sí mismos.
Y aunque han sido detenidos los aguaceros, y no han venido las lluvias tardías, sin embargo, tienes la frente de una ramera; rehusas sentir la vergüenza.
¿Acaso se avergüenzan cuando cometen abominaciones? No por cierto, que en nada se avergüenzan, ni aun saben ruborizarse: por tanto caerán entre los que caen; al tiempo que sean visitados serán derribados, dice Jehová.
¡Señores! ¿por qué hacéis esto? ¡Nosotros también somos hombres como vosotros, sujetos a enfermedad, y os predicamos el evangelio, para que de estas vanidades os volváis al Dios vivo, que hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y cuanto hay en ellos!
¶Elí empero era muy viejo; y oía hablar de todo lo que hacían sus hijos para con todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres de la milicia sagrada, que asistían a la entrada del Tabernáculo de Reunión.