e hizo pasar a su mismo hijo por el fuego; y observaba los agüeros, y practicaba la adivinación, y tuvo trato con espíritu pitónico, y con los mágicos; e hizo mucha maldad a los ojos de Jehová, para provocarle a ira.
Contra ti, contra ti solo, he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; lo confieso, a fin de que seas justo en tu sentencia, y exento de culpa en tu juicio.
Así sucederá, porque Jerusalem se desmorona, y Judá se cae, por cuanto sus palabras y sus hechos están contra Jehová, para provocar los ojos de su gloria.
Y esto, otra vez, habéis hecho: Cubrís el altar de Jehová con las lágrimas de vuestras mujeres, con sus lloros y sus gemidos; en grado que él ya no vuelve más la cara hacia la ofrenda, ni la recibe de vuestra mano con agrado.
Y cuando el hombre le respondía: Quémese primero el sebo, y luego toma para ti cuanto desee tu alma; él decía: No, sino que ahora mismo me la darás; que si no, yo la tomaré por fuerza.
Pues yo le he dicho que castigaré a su casa perpetuamente, con motivo de la iniquidad de que él tenía conocimiento, cuando sus hijos iban atrayendo sobre sí maldición, y él no los refrenó.