¡OH Jehová! no se ha ensoberbecido mi corazón, ni se han enaltecido mis ojos; y no me he ocupado en asuntos muy grandes, ni en cosas demasiado maravillosas para mí.
También el rey les señaló su ración diaria de los manjares delicados del rey, y del vino que él mismo bebía; y mandó que los mantuviese así portres años; para que al fin de ellos se presentasen delante del rey.
Y sucedió, siempre que el espíritu malo de parte de Dios estaba sobre Saúl, que tomaba David el arpa y tañía con su mano; con lo cual Saúl obtenía alivio y estaba bien, y se apartaba de él el espíritu malo.