De esta suerte deja todo lo suyo en mano de José: y no se entendía de cosa alguna, sino del pan que comía. Y era José de bella figura y de hermoso semblante.
ESTAS son las postreras palabras de David: Dice David hijo de Isaí, y dice el varón levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce salmista de Israel:
Ahora pues, de esta manera hablarás a mi siervo David: Así dice Jehová de los Ejércitos: Yo te quité del aprisco, de seguir en pos de las ovejas, para que seas caudillo de mi pueblo Israel;
ZAYIN.- Sus nobles eran más puros que la nieve, más blancos que la leche; más rubios eran sus cuerpos que los corales; su talle más hermoso que el zafiro:
porque a la verdad se juntaron, en esta ciudad, contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, Herodes, y Poncio Pilato, con los gentiles, y las tribus de Israel,
Entonces respondió uno de los mancebos y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí bet-lehemita, que es hábil en tañer, y poderoso en valor, y hombre de guerra, y entendido en negocios, y de varonil hermosura, y Jehová es con él.
¶Y cuando Saúl vió a David salir al encuentro del filisteo, dijo a Abner, jefe del ejército: ¿Hijo de quién es este mozo, Abner? A lo que respondió Abner: Por vida tuya, oh rey, que no lo sé.