Entonces dijo Samuel: ¡Así como tu espada ha privado a las mujeres de hijos, quede sin hijo tu madre también entre las mujeres! Y Samuel hizo trozos a Agag delante de Jehová en Gilgal.
Y díjoles Elías: Prended a los profetas de Baal; no se escape ni uno de ellos. Y ellos los prendieron: y bajándolos Elías al torrente de Cisón, los degolló allí.
La espada de Jehová está llena de sangre, está untada de sebo; de la sangre de corderos y machos de cabrío; del sebo de riñones de carneros: porque Jehová tiene un sacrificio en Bozra, y grande matanza en la tierra de Edom.
¡Por tanto abandona sus hijos al hambre, y a ellos mismos entrégalos al poder de la espada; y sus mujeres también queden sin hijos, y viudas; y mueran sus maridos de peste, y caigan a cuchillo sus mancebos en batalla!
Dadle a ella según ella también os ha dado a vosotros; y pagadle al doble, conforme a sus obras; en el cáliz que ella ha mezclado, mezclad para ella el doble.
Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, que tenían cortados los dedos pulgares de las manos y de los pies, han recogido las migajas debajo de mi mesa: según yo he hecho asimismo me ha recompensado Dios. Y le llevaron a Jerusalem, donde murió.
También descenderás delante de mí a Gilgal; pues he aquí que yo descenderé a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas pacíficas: siete días me aguardarás, hasta que yo vaya a ti, y te enseñe lo que debas hacer.