Ahora pues, anda y hiere a Amalec; y destruíd completamente todo lo suyo, sin tenerle compasión alguna; antes harás morir hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas, camellos y asnos.
Entonces dijo Jehová a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y ponlo en conocimiento de Josué: Yo raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.
no te inclinarás a ellas ni les darás culto; porque yo soy Jehová tu Dios; Dios celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odian,
y tomóla con su rey y todas sus ciudades; y las hirieron a filo de espada, destruyendo completamente todas las almas que en ella había; no dejó quien escapase; como había hecho con Hebrón, así lo hizo con Debir y su rey; como lo había hecho también con Libna y su rey.
Pero Saúl y el pueblo tuvieron lástima de Agag, y de lo mejor de las ovejas y de los bueyes, y de los animales engordados, y de los corderos, en fin, de todo lo bueno, y no quisieron destruirlo completamente; mas en cuanto a todo lo vil y lo despreciable, eso lo destruyeron por completo.
En seguida hirió a Nob, ciudad de los sacerdotes, a filo de espada; a hombres y mujeres, a muchachos y niños de pecho, bueyes y asnos, y ovejas, a todos los mató a filo de espada.
Y solía David herir el país, sin perdonar la vida a hombre, ni a mujer; y tomaba ovejas, y vacas, y asnos, y camellos, y vestidos: y al volver, se venía a Aquís.
Y los hirió David desde el crepúsculo de la mañana, hasta la tarde del día siguiente; de manera que no escapó de ellos hombre, salvo cuatrocientos mancebos que cabalgaban sobre camellos, y así se fugaron.