Pues bien, presentaos ahora para que yo os arguya delante de Jehová, de todos los beneficios que Jehová ha hecho para con vosotros, y para con vuestros padres.
¡Venid pues, y arguyamos juntos, dice Jehová! ¡Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque fuesen rojos como el carmesí, como lana quedarán!
abriendo su sentido, y exponiendo que era necesario que el Mesías padeciese, y resucitase de entre los muertos; y que este Jesús a quien (dijo) yo os predico, es el Mesías.
Lejos del estruendo de los arqueros, en medio de las pilas de aguas, allí recuenten los beneficios de Jehová, los beneficios hechos a los distritos rurales en Israel: ¡ahora baja libremente a las puertas el pueblo de Jehová!