Y clamó Jabés al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si me colmares de bendiciones, y ensanchares mi término, y que tu mano esté conmigo, y que me guardes del mal, para que no me cause dolor! Y le otorgó Dios lo que le había pedido.
Y le respondió Elcana su marido: Haz lo que bien te pareciere; quédate hasta que le hayas destetado; con tal que cumpla Jehová su promesa. Se quedó pues la mujer, y crió a su hijo hasta que le hubo destetado.
Y dijo Jonatán a David: Véte en paz, ya que los dos nos hemos jurado en nombre de Jehová, diciendo: ¡Estese Jehová entre mí y ti, y entre mi simiente y tu simiente para siempre!
Entonces recibió David de mano de Abigail lo que ella le había traído; y le dijo: Sube en paz a tu casa: mira que he admitido tu ruego, y he aceptado tu persona.