que han salido hombres, hijos de Belial, de en medio de ti, y han descarriado a los habitantes de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a otros dioses (que nunca conociste),
Mas Ana le repuso, diciendo: No, señor mío; mujer angustiada de espíritu soy; no he bebido ni vino ni licor fermentado, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
Pero algunos hijos de Belial decían: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y le tenían en desprecio, y no le trajeron presente: mas él disimuló, haciendo como que nada oía.
Ruégote que mi señor no haga caso de Nabal, ese hombre de Belial porque conforme a su nombre así es. Insensato es su nombre, y la insensatez esta con él: mas yo tu sierva no ví a los mozos de mi señor, que tú enviaste.