Todo aquel que es engendrado de Dios no peca; porque aquella su simiente divina permanece en él, y él no puede pecar, por cuanto de Dios es engendrado.
Y ellos le vencieron por medio de la sangre del Cordero, y por medio de la palabra de su testimonio, y no amaron sus vidas, exponiéndolas hasta la muerte.
¶Y ví como si fuese un mar de vidrio revuelto con fuego; y los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia, y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios.
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido; y le daré una piedrecita blanca. y esculpido en la piedrecita un nombre nuevo, que ninguno sabe sino aquel que lo recibe.
Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del Paraíso de Dios.
Al que venciere, le haré que sea una columna en el templo de mi Dios, y no saldrá más de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalem, la cual está para descender del cielo, de parte de mi Dios; y escribiré en él mi mismo nombre nuevo.
El que venciere será así revestido de ropas blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, sino confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus santos ángeles.