y decían a la mujer: Ya no creemos por tu palabra; porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Cristo, el Salvador del mundo.
¶Mas cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba completamente ocupado en la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Mesías.
¶Por medio de Silvano, nuestro fiel hermano, según yo le conceptúo, os he escrito brevemente, exhortando y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios; estad firmes, pues, en ella.