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Referencias Cruzadas

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1 Juan 2:16

Biblia Version Moderna (1929)

Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la vanagloria de la vida, no procede del Padre, sino que es del mundo.

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34 Referencias Cruzadas  

Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era una delicia para los ojos, y árbol deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto, y comió; y dió también a su marido, cuando con ella estaba, y él comió.

que viendo los hijos de Dios que eran hermosas las hijas de los hombres, se tomaron mujeres de entre todas aquellas que escogieron.

HICE pacto con mis ojos; ¿cómo pues había de fijar la mirada en una doncella?

Por tanto la soberbia les ciñe el cuello como cadena de oro; se visten de violencia como de un manto.

Y tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto.

Pero no se habían apartado afín de su codicia, todavía su vianda estaba en su boca,

El sepulcro y la perdición nunca se hartan; asimismo son insaciables los ojos de los hombres.

No codicies en tu corazón su hermosura, ni dejes que ella te prenda con sus párpados;

El rey habló y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado para metrópoli del reino, con la fuerza de mi poder, y para la gloria de mi grandeza?

Y fué llamado aquel lugar Kibrot-hataava; porque allí enterraron al pueblo codicioso.

¶Y la chusma que de Egipto venía en medio del pueblo, se dejó llevar de una codicia vehementísima; y también los hijos de Israel tornaron y lloraron, diciendo: ¿Quién nos dará a comer carne?

¶Otra vez, le lleva el diablo a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo y a gloria de ellos:

Mas yo os digo, que todo aquel que mira a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Y subiéndole en un monte alto, le mostró todos los reinos de la tierra habitada, en un momento de tiempo.

sino antes, revestíos del Señor Jesucristo, y no pongáis vuestro cuidado en satisfacer las concupiscencias de la carne.

¶Y estas cosas eran ejemplos para nosotros, a fin de que no tengamos codicia de cosas malas, como ellos también codiciaron.

Porque la carne codicia contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pues que éstos son contrarios entre sí; de modo que no podéis hacer las cosas que quisiereis.

Y los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne, juntamente con sus pasiones y sus deseos desordenados.

en medio de los cuales también nosotros todos en un tiempo vivíamos, en las concupiscencias de nuestra carne, cumpliendo los deseos de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, así como los demás.

instruyéndonos a fin de que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos sobria y justa y piadosamente, en este siglo presente,

¶Porque nosotros también éramos en un tiempo necios, desobedientes, engañados, sirviendo a diversas concupiscencias y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos los unos a los otros.

¡No es ésta la sabiduría que desciende de arriba; sino antes, es cosa terrenal, sensual, diabólica!

Mas ahora, al contrario, os gloriáis en vuestras jactancias: toda gloria semejante es mala.

Pues ví entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y una barra de oro, del peso de cincuenta siclos; y los codicié, y los tomé: y he aquí que están escondidos en la tierra en medio de mi tienda; y el dinero debajo del manto.

como hijos obedientes, no conformándoos con vuestras concupiscencias de antes, en el tiempo de vuestra ignorancia;

¶Amados míos, os ruego, como a extranjeros y transeuntes, que os abstengáis de las concupiscencias carnales, las cuales guerrean contra el alma;

especialmente a los que andan en pos de la carne, en la concupiscencia de inmundicia, y desprecian la potestad. Atrevidos son, audaces, que no temen decir injurias contra las dignidades:

Porque, profiriendo palabras hinchadas, llenas de vanidad, atraen con el cebo de apetitos carnales, por medio de la lascivia, a los que por un poco de tiempo iban escapando de los que viven en el error;




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