lo que hemos visto pues y oído, eso os lo anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y verdaderamente nuestra comunión es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
Y pondré en medio de ellas señales; y enviaré los escapados de ellas a las naciones; a Tarsis, y a Pul y a Lud, que manejan el arco, a Tubal y a Javán, a las tierras lejanas que no han oído mi fama, ni han visto mi gloria; y ellos anunciarán mi gloria entre las naciones.
Y ya no estoy en el mundo, mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. ¡Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que ellos sean uno, así como nosotros lo somos!
para que todos ellos sean uno; así como tú, oh Padre, eres en mí, y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Mirad, despreciadores, y maravillaos y pereced, porque hago una obra en vuestros días, obra que de ninguna manera creeréis, aun cuando alguno os la declare.
Les ha parecido bien, y a la verdad les son deudores; porque si los gentiles han participado de sus cosas espirituales, deben también ministrarles a ellos en las cosas temporales.
Mas de él procede el que seáis vosotros en Cristo Jesús; el cual por parte de Dios nos ha sido hecho sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;
es a saber, que los gentiles hubiesen de ser coherederos, y miembros de un mismo cuerpo con los judíos, y copartícipes de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del evangelio;
como es justo que yo piense esto de todos vosotros, siendo así que os tengo en mi corazón; por cuanto, así en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo en esta gracia.
y para esperar a su Hijo, cuando venga de los cielos, a quien él resucitó de entre los muertos; es a saber, a Jesús, que nos liberta de la ira venidera.
Y los que tienen amos creyentes, no les tengan menos respeto, por ser hermanos suyos, sino antes sírvanlos mejor, por cuanto son fieles y amados los que reciben el tal servicio. Enseña y exhorta estas cosas.
A LOS ancianos, pues, que están entre vosotros, les exhorto, yo que soy anciano juntamente con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, siendo también participante de la gloria que ha de ser revelada:
¶Porque no fuimos seguidores alucinados de fábulas ingeniosas, cuando os dimos a conocer el poder y advenimiento de nuestro Señor Jesucristo, sino que fuimos testigos de vista de su majestad:
LO que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y nuestras manos han palpado, concerniente al Verbo de la Vida;
pero si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.