Entonces llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué has hecho con nosotros? ¿y en qué he pecado contra ti, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un tan gran pecado? Acciones que no debieran hacerse has hecho tú conmigo.
Entonces les respondió Ruben, diciendo: ¿No os decía yo así: No pequéis contra el niño; y no me escuchasteis? ipor tanto ya veis que también su sangre nos es demandada!
Dijo además Moisés: Esto sucederá cuando a la tarde Jehová os diere a comer carne, y por la mañana, pan hasta la saciedad; porque oye Jehová vuestras murmuraciones con que murmuráis contra él: ¿y qué somos nosotros? vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.
¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.
Mas al que hiciere tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese sumergido en lo profundo del mar.
Mas el que hiciere tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese echado al mar.
Más ventajoso le sería que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese echado al mar, que no que hiciera tropezar a uno de estos pequeñitos.
No derribes, a causa de comida, la obra de Dios. Todas las viandas en verdad son limpias; sin embargo, lo limpio es malo para el hombre que come con ofensa de conciencia.
¶Porque de la manera que el cuerpo es uno mismo, mas tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un mismo cuerpo, así también es Cristo.
Si pecare un hombre contra otro, Dios le juzgará; pero si contra Jehová pecare el hombre, ¿quién hará intercesión por él? Mas ellos no quisieron escuchar la voz de su padre; porque Jehová había resuelto matarlos.
Y, padre mío, mira, sí, mira la falda de tu manto en mi mano; que en cortarte yo la falda de tu manto, sin matarte, bien puedes saber y ver que no hay en mi mano maldad ni transgresión alguna; y que no he pecado contra ti, aunque tú estás cazando mi vida para quitármela.