La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; y de misma manera, el marido no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
¶De la misma manera, vosotros maridos, habitad con ellas según inteligencia, como que es la mujer el vaso más débil; dándoles honra, como que sois también coherederos de la gracia de vida eterna; para que vuestras oraciones no sean estorbadas.