Y díjole Dios en sueños: Sí, yo sé que con sencillez de tu corazón has hecho esto; y también te detuve yo de pecar contra mí; por eso no te permití tocarla.
Fija tus ojos en el campo donde ellas segaren, y anda en pos de ellas: ¿no he mandado yo a los criados que no te toquen? Y cuando tuvieres sed, véte a las vasijas y bebe del agua que han sacado los criados.