¶Éstos son manchas en vuestras fiestas de amor fraternal, banqueteando sin temor de Dios, apacentándose a si mismos; ¡nubes sin agua son, llevadas por los vientos; árboles en otoño, sin fruto, dos veces muertos, arrancados de raíz;
Respecto pues del comer de las cosas ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos que el ídolo es nada en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.
Si otros tienen este derecho sobre vosotros, ¿no lo tenemos mucho más nosotros? Sin embargo, no hemos usado de este derecho; antes bien, todo lo sufrimos, por no poner estorbo alguno al evangelio de Cristo.
La mujer también con quien se acostare el hombre que tuviere la emisión de simiente, una y otro sé lavarán con agua y quedarán inmundos hasta, la tarde.