no queriendo decir ciertamente los fornicarios de este mundo, ni los avaros, ni los rapaces, ni los idólatras: pues entonces tendríais que salir del mundo.
El fariseo se puso en pie, y oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni siquiera como este publicano.
Si fueseis del mundo, el mundo os amaría como a cosa suya; mas por cuanto no sois del mundo, sino que yo os he escogido del mundo, por esto os odia el mundo.
Si os convida a comer alguno de los que no creen, y queréis ir, cuanto os pusieren delante, comedlo, sin andar en preguntas a causa de conciencia, escrupulosa.
Mas, siendo como es el caso, os escribí que no tuvieseis compañía con ninguno que se llame hermano, si es fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o rapaz; con el tal, ni aun habéis de comer.
en los cuales el dios de este siglo ha cegado los entendimientos de los que no creen, para que no les amanezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
en que anduvisteis en un tiempo, conforme al uso de este siglo, conforme al príncipe de la potestad del aire, espíritu que ahora obra en los hijos de la desobediencia:
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una generación torcida y perversa, entre quienes resplandecéis, como lumbreras celestiales, en el mundo,
Y fué arrojado el grande dragón, aquella serpiente antigua que es llamada el Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; arrojado fué a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados juntamente con él.