¶Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya divisiones entre vosotros; sino que estéis perfectamente unidos en un mismo pensar y en un mismo sentir.
Pues témome, no suceda en manera alguna, que al llegar yo, os halle cuales yo no quisiera, y yo mismo sea hallado de vosotros cual no quisierais vosotros; no suceda en manera alguna, que haya contienda, celos, iras, facciones, detracciones, chismes, hinchazones, desórdenes:
¶Porque nosotros también éramos en un tiempo necios, desobedientes, engañados, sirviendo a diversas concupiscencias y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos los unos a los otros.