Después añadió: 'Quítate el manto que te cubre y sosténlo'. Ella lo sostuvo, y le echó seis medidas de cebada; se las echó a cuestas, y entró en la ciudad.
Ella durmió a sus pies hasta la mañana, levantándose antes de que pudiesen distinguirse las personas. Booz le había dicho: 'Que no se sepa que una mujer ha venido a la era'.