Después le dijo su suegra Noemí: 'Hija mía, yo debo buscar tu felicidad.
El Señor os conceda la paz en la casa de un nuevo marido'.
El que no se preocupa de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha renegado de su fe y es peor que un incrédulo.
Por eso quiero que las viudas jóvenes se vuelvan a casar, que tengan hijos, que gobiernen su casa y que no den motivos de crítica a los adversarios,
Comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y todo te irá bien.
Si alguno cree que, dada la edad de su novia, debe casarse, y que eso es lo más indicado, que haga lo que quiera; que se case, pues eso no es pecado.
Guarda sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y tus hijos después de ti y vivas largos años en la tierra que te da el Señor, tu Dios'.
Acuérdate de mí cuando te llegue ese día; sé bueno conmigo y háblale al Faraón de mí para que me saque de esta cárcel.
Y Rut siguió a los segadores de Booz, espigando hasta la terminación de la siega de la cebada y del trigo y viviendo con su suegra.
Booz, con cuyos segadores has estado, es nuestro pariente. Mira, esta tarde él limpiará en su era.