Booz le respondió: 'Me han contado lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu marido: que has dejado a tu padre, a tu madre, a tu patria, para venir a un pueblo desconocido para ti.
Así pues, el que de vosotros no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo.
Ellos llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.
Hijas de reyes hay entre tus elegidas; a tu derecha, una reina adornada con el oro más fino.
¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
Noemí insistía: 'Volveos, hijas mías; ¿por qué queréis venir conmigo? Yo ya no podré tener más hijos que puedan ser vuestros maridos.
Rut se postró en tierra y dijo: '¿Por qué tienes esta consideración conmigo y te interesas por mí siendo yo extranjera?'.
Que el Señor pague tu acción y que tu recompensa sea grande ante el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte'.
El niño será para ti consuelo y amparo en tu vejez, pues te lo ha dado tu nuera que tanto te ama y es para ti mejor que siete hijos'.
Él replicó: 'Hija mía; este segundo acto de piedad es todavía mejor que el primero, pues no has buscado ningún joven, rico o pobre.
David se enteró de lo que había hecho Rispá, hija de Ayá, concubina de Saúl,