Partieron juntas y llegaron a Belén. A su llegada se impresionó toda la ciudad. Las mujeres comentaban: '¿Pero es ésta Noemí?
Al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió; decían: '¿Quién es éste?'.
Al verte se frotan las manos todos los transeúntes; silban y menean la cabeza ante la hija de Jerusalén, diciendo: '¿Es ésta la ciudad más hermosa, la delicia de toda la tierra?'.
¿Es ésta vuestra alegre ciudad, la de antiquísimos orígenes, cuyos pies la llevaron muy lejos para establecerse allí?
Ella decía: 'No me llaméis Noemí; llamadme Mara, porque el todopoderoso me ha llenado de amargura.
Él respondió: 'Es la moabita que ha venido con Noemí del país de Moab.
Salmá, padre de Belén, y Járet, padre de Bet-Gáder.