porque, de otro modo, hubiese tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo; pero ahora se ha manifestado una sola vez, al fin de los tiempos, para abolir el pecado por su sacrificio.
Inmolaron el cordero pascual el día catorce del segundo mes. Llenos de vergüenza, los sacerdotes y los levitas se purificaron y ofrecieron holocaustos en el templo del Señor.