Si los extranjeros residentes quieren celebrar la pascua en honor del Señor, se ajustarán en todo a la ley y rito pascual. No habrá entre vosotros más que una ley, la misma para extranjeros y nativos'.
Reúne al pueblo, a hombres, mujeres, niños y al extranjero residente, para que la oigan y aprendan a respetar al Señor, tu Dios, y procuren poner en práctica todas las disposiciones de esta ley.
Comprarás a tu prójimo en proporción al número de años transcurridos después del jubileo, y en razón de los años de cosecha que le quedan te fijará él el precio de venta;
no harás el rebusco en tus viñas ni prestarás atención a la fruta caída de tu huerta; lo dejarás para el pobre y el extranjero: yo, el Señor, vuestro Dios.
Habrá una sola ley para toda la comunidad, la misma para vosotros y para el extranjero, y se perpetuará de generación en generación; ante el Señor, vosotros y los extranjeros residentes seréis iguales.
Los israelitas repatriados comieron el banquete pascual con todos aquellos que se habían separado de la impureza de los paganos del país y se habían unido a ellos para buscar al Señor, Dios de Israel.