El candelabro era de oro trabajado a cincel, tanto el pie como los brazos, todo de oro trabajado a cincel. Moisés había ordenado hacerlo conforme al modelo que el Señor le había mostrado
Era, pues, necesario que las figuras de las cosas celestes fuesen purificadas de esta manera, y las realidades mismas celestes lo fuesen también, pero con sacrificios superiores a los de aquí abajo.
Éstos realizan un culto que es la imagen y sombra de las realidades celestes, según le fue advertido divinamente a Moisés cuando iba a construir el tabernáculo: Mira y hazlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña.