Al día siguiente Pablo tomó consigo a los hombres, se purificó con ellos y entró en el templo para fijar la fecha en la que terminaban los días de la purificación y en la que sería presentada la ofrenda por cada uno de ellos.
Comenzará de nuevo el tiempo de su nazireato y ofrecerá un cordero de un año en sacrificio por el pecado; no contará el tiempo pasado, por haber sido profanado su nazireato.