Pondrá a la mujer en presencia del Señor, le descubrirá la cabeza y le pondrá en las manos la ofrenda conmemorativa, es decir, la ofrenda de celos, mientras él tiene en su mano el agua amarga de la maldición.
la llevará al sacerdote y presentará por ella como ofrenda cuatro kilos y medio de harina de cebada, sin derramar aceite sobre ella ni poner encima incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda de denuncia de una falta.