si el padre, al conocer el voto o la obligación contraída, no dice nada, todos sus votos son válidos, lo mismo que todas las obligaciones que haya contraído.
Pero si el padre, al tener conocimiento de ello, lo desaprueba, entonces todos sus votos y todas las obligaciones contraídas son nulos, y el Señor la perdonará, pues ha sido su padre quien se ha opuesto.