Además, si nosotros respetábamos a nuestros padres cuando nos corregían, ¿con cuánta mayor razón debemos someternos a nuestro Padre celestial para tener la vida?
Cuidad de vosotros y de todo el rebaño del que el Espíritu Santo os ha constituido como guardianes para apacentar la Iglesia de Dios, que ha adquirido con su propia sangre.
Reinará sobre ellos mi siervo David. Todos ellos tendrán un solo pastor y caminarán por la senda de mis mandamientos, guardando mis leyes y poniéndolas en práctica.
El Señor dijo a Moisés: 'Se avecina el día de tu muerte. Llama a Josué, y presentaos ante la tienda de la reunión para que yo le dé mis órdenes'. Moisés y Josué se presentaron ante la tienda de la reunión.
Entonces el rey Sedecías juró en secreto a Jeremías: '¡Vive Dios que nos ha dado el aliento, que no te mataré ni te entregaré en poder de esos que andan buscando tu muerte!'.