cuando la tierra abrió sus fauces y se los tragó con Coré; perecieron al mismo tiempo sus secuaces, cuando el fuego devoró a los 250 hombres, para que sirviesen de escarmiento.
condenó a la destrucción y redujo a cenizas las ciudades de Sodoma y Gomorra para que sirviesen de ejemplo a todos los que en el futuro practicaran la injusticia,
como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.
Y quedarán como tipo de maldición entre todos los desterrados de Judá que están en Babilonia, los cuales dirán: El Señor haga contigo como con Sedecías y con Ajab, a quienes el rey de Babilonia tostó al fuego.
dijeron: 'Nuestro padre murió en el desierto, pero no era del partido que se formó contra el Señor, de la facción de Coré. Murió por su propio pecado y sin dejar hijos varones.
Los israelitas comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Lo comieron hasta que llegaron a los confines de la tierra de Canaán.
lo que hizo con Datán y Abirán, hijos de Eliab el rubenita, cuando se abrió la tierra y se los tragó con sus familias, sus tiendas y toda su dependencia a la vista de todo Israel.
Los incensarios de estos hombres que pecaron para su propio daño serán transformados en láminas para revestir el altar, pues fueron presentados al Señor y quedaron santificados; servirán de recuerdo para los israelitas'.