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Referencias Cruzadas

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Números 22:6

Biblia Martin Nieto

Ven, por favor, y maldice a este pueblo, que es más numeroso que yo; a ver si podemos derrotarlo y expulsarlo, pues yo sé que es bendito aquel a quien tú bendices y maldito aquel a quien tú maldices'.

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23 Referencias Cruzadas  

Se agazapa, se echa como un león, como una leona. ¿Quién lo levantará? ¡Bendito sea el que te bendiga, y maldito el que te maldiga!'.

Otra vez, cuando íbamos al lugar de la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía un espíritu adivinador, la cual con sus adivinaciones procuraba a sus amos muchas ganancias.

Tienen visiones falsas y profetizan mentiras los que dicen: ¡Oráculo del Señor!, sin que el Señor los haya mandado, ¡y esperan que se cumpla su palabra!

por no haber salido a recibir a los israelitas con pan y agua y por haber alquilado a Balaán para que los maldijese, aunque nuestro Dios cambiara la maldición en bendición.

El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le dijo: 'Mira que los profetas, todos a una, profetizan éxito al rey: haz tú como ellos, y profetiza el triunfo'.

El rey de Israel respondió a Josafat: 'Hay todavía uno por medio del cual podemos consultar al Señor; pero yo le odio porque nunca me profetiza cosas buenas, sino cosas malas. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat dijo: 'No hable así el rey'.

Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos, y les dijo: '¿Debo atacar a Ramot de Galaad, o no?'. Respondieron: 'Atácala, porque el Señor la pondrá en tus manos'.

Y le dijo: '¿Te has creído que soy un perro, para venir contra mí con un cayado?'. Luego maldijo a David por sus dioses,

ni el amonita, ni el moabita, ni sus descendientes, aun de la décima generación, y esto para siempre,

pues te colmaré de honores y haré lo que me digas. Ven y maldice a este pueblo'.

Dios dijo a Balaán: 'Tú no irás con ellos ni maldecirás a ese pueblo, que es bendito'.

Que los pueblos te sirvan y las naciones se inclinen ante ti. Sé señor de tus hermanos e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga'.

Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Por ti serán bendecidas todas las comunidades de la tierra'.

Como un pájaro que escapa y una golondrina que vuela, así la maldición sin motivo no tiene efecto.

Ellos maldicen, pero tú bendices, que ellos se avergüencen y tu siervo se alegre;

Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, se levantó para hacer la guerra a Israel y mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijese.

Pueblo mío, recuerda lo que tramaba contra ti Balac, rey de Moab, y lo que contestó Balaán, hijo de Beor. Acuérdate de Sitín y de Guilgal, para que conozcas las obras justas del Señor'.

Balac le contestó: 'Ven conmigo a otro sitio. Desde aquí no ves más que uno de los extremos del pueblo, no lo puedes ver entero. Maldícemelo desde allí'.

Balac dijo a Balaán: 'Ven, que te llevo a otro sitio, a ver si finalmente Dios cree oportuno que me lo maldigas desde allí'.




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