Pero el pueblo, sediento, seguía murmurando contra Moisés diciendo: '¿Por qué nos has sacado de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?'.
A este Moisés a quien habían rechazado diciendo: ¿Quién te ha puesto por jefe y juez?, a ése Dios lo envió como jefe y libertador por mediación del ángel que se le apareció en la zarza.
diciendo: '¡Ojalá hubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos! Vosotros, en cambio, nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre'.
y les dijeron: 'Que el Señor os vea y os juzgue, pues sois la causa de que el Faraón y sus siervos nos miren mal, y habéis puesto la espada en sus manos para que nos maten'.
y todos los israelitas murmuraban contra Moisés y Aarón. La comunidad entera decía: '¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! ¿Por qué no moriremos en este desierto?
sino un mes entero; hasta que se os salga por las narices y os produzca asco, pues habéis despreciado al Señor, que está en medio de vosotros, y habéis llorado en su presencia diciendo: ¿Por qué hemos salido de Egipto?'.