Moisés era humilde, el hombre más humilde de este mundo.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy afable y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas.
¿Quién es sabio y experimentado entre vosotros? Que muestre, con su buena conducta, su dulzura y su sabiduría.
He hecho el tonto, pero vosotros me obligasteis. Pues debíais alabarme, ya que en nada les fui en zaga a los más eximios apóstoles, aunque nada soy.
Pero yo creo que en nada soy inferior a esos eminentes apóstoles.
Dichosos los afligidos, porque ellos serán consolados.
sino el interior que radica en la integridad de un alma dulce y apacible; eso es lo que tiene valor ante Dios.
Aunque, como apóstoles de Cristo, hemos podido hacer uso de nuestra autoridad, hemos sido todo bondad en medio de vosotros. Más aún, como una madre cuida cariñosamente a sus hijos,
Yo mismo, Pablo, os lo pido por la ternura y la bondad de Cristo; yo, tan tímido cuando estoy entre vosotros y tan valiente cuando estoy lejos.
Decid a la hija de Sión:
porque el Señor ama a su pueblo y corona de victoria a los humildes.
El Señor sostiene a los humildes y humilla hasta el polvo a los malvados.
El Señor dijo a Moisés, Aarón y María: 'Id los tres a la tienda de la reunión'; y así lo hicieron.