dijo al Señor: '¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado yo gracia a tus ojos, sino que has cargado sobre mí el peso de todo este pueblo?
¿Por qué mi dolor no tiene fin? ¿Por qué mi herida es incurable, indócil al remedio? ¿Vas a ser para mí como un arroyo engañador, de aguas caprichosas?
¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de querella y de discordia para todo el país! No he prestado dinero, no he recibido préstamo, pero todos me maldicen.