Cuando la tienda deba ser trasladada, los levitas la desmontarán; y cuando deba pararse, la instalarán ellos también. El laico que se acerque a la tienda morirá.
Delante de la tienda de la reunión, al lado este, acampaban Moisés, Aarón y sus hijos, que tenían cuidado del santuario en nombre de los israelitas. Todo extraño que se acercaba era castigado con la muerte.
Los hijos de Jeconías no se alegraron con las gentes de Bet Semes cuando vieron el arca del Señor, y el Señor hirió a setenta hombres de entre ellos. El pueblo hizo gran duelo porque el Señor los había castigado tan duramente.
Estarán a tu servicio y al servicio de toda la tienda; pero no se acercarán a los objetos santos del santuario ni al altar, pues moriríais ellos y vosotros.
Tú y tus hijos ejerceréis vuestras funciones sacerdotales en todo lo que se refiere al altar y a cuanto hay detrás del velo; sois vosotros los que habéis de hacer este servicio. Os he dado el ministerio del sacerdocio como un don; el extraño que se acerque morirá'.
Éstas recuerdan a los israelitas que ningún laico ajeno a la descendencia de Aarón puede acercarse a ofrecer incienso delante del Señor, si no quiere seguir la suerte de Coré y sus secuaces, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés.