Quedaos en la casa donde entréis hasta que dejéis aquel lugar.
Cuando entréis en una ciudad, informaos de quién hay allí digno de confianza, y quedaos en su casa hasta que os vayáis de allí.
También les dijo: 'Quedaos en la casa en que entréis hasta que dejéis aquel lugar;
Después de haber sido bautizada con toda su familia, nos suplicó: 'Si consideráis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa'. Y nos obligó a ello.
Les dijo: 'No llevéis nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas.
Y si no os reciben, al salir de aquel pueblo, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos'.