Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido la buena nueva; pero a ellos no les aprovechó la palabra que habían oído, porque al escucharla no se unieron a ella por la fe.
Moisés volvió a casa de Jetró, su suegro, y le dijo: 'Déjame marchar y volver a mis hermanos, que están en Egipto, para ver si todavía están vivos'. Jetró le dijo: 'Vete en paz'.
La mujer, al verse descubierta, se acercó toda temblando, se postró a sus pies y contó ante todo el pueblo por qué lo había tocado y cómo se había curado instantáneamente.