Porque nada hay oculto que no sea descubierto, ni secreto que no sea conocido y puesto en claro.
No les tengáis miedo, porque no hay nada tan oculto que no se llegue a descubrir, y nada tan secreto que no se llegue a saber.
Porque nada hay oculto que no sea descubierto, y nada secreto que no sea puesto en claro.
Dios nos pedirá cuentas de todas nuestras acciones, buenas o malas, aun de las que hayamos hecho en secreto.
Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.
el odio puede ocultarse bajo la simulación, pero su malicia será desenmascarada en la asamblea.