Al oírlo, quedó admirado y dijo a los que lo seguían: 'Os aseguro que ni en Israel he encontrado una fe como ésta'.
Entonces Jesús le dijo: '¡Oh mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda como quieres'. Y desde aquel momento su hija quedó curada.
Jesús, al oírlo, quedó admirado y dijo a los que lo seguían: 'Os aseguro que en Israel no he encontrado a nadie con una fe como ésta.
Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. Las gentes decían maravilladas: 'Jamás se ha visto cosa semejante en Israel'.
Porque yo, que soy hombre sujeto al mando, tengo a mis órdenes soldados, y digo a éste: Vete, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi criado: Haz esto, y lo hace'.
Cuando los enviados regresaron a casa, encontraron curado al criado.
Él dijo a la mujer: 'Tu fe te ha salvado; vete en paz'.