Los invitados comenzaron a decirse: '¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?'.
'¿Cómo habla así éste? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?'.
Algunos maestros de la ley se dijeron: 'Éste blasfema'.
Y estando en su casa a la mesa, muchos publicanos y pecadores vinieron y se pusieron a la mesa con Jesús y sus discípulos.