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Referencias Cruzadas

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Lucas 7:39

Biblia Martin Nieto

El fariseo que le había invitado, al verlo, se decía: 'Si éste fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que lo toca. ¡Una pecadora!'.

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25 Referencias Cruzadas  

Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios, diciendo: 'Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo'.

Y los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban: 'Éste acoge a los pecadores y come con ellos'.

porque del corazón del hombre proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, robos, homicidios,

y diciendo: ¡Quédate ahí, no te me acerques, porque te santificaría! Todos ellos son humo en mi nariz, fuego que arde sin cesar.

Llamaron otra vez al que había sido ciego, y le dijeron: 'Di la verdad ante Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador'.

Acerca de él había muchas habladurías entre la gente. Unos decían: 'Es bueno'. Otros, por el contrario, decían: 'Nada de bueno: engaña a la gente'.

La mujer le dijo: 'Señor, veo que tú eres profeta.

Durante algún tiempo no quiso; pero luego pensó: Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,

Entonces el administrador se puso a pensar: ¿Qué voy a hacer, pues mi amo me quita la administración? Cavar, ya no puedo; mendigar, me da vergüenza.

Había en la ciudad una mujer pecadora, la cual, al enterarse de que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, se presentó allí con un vaso de alabastro lleno de perfume,

Demostrad con obras vuestro arrepentimiento, y no os pongáis a decir: Tenemos por padre a Abrahán; porque yo os digo que Dios puede sacar de estas piedras hijos de Abrahán.

Porque son como una tempestad en la garganta. 'Come y bebe', te dice él, pero su corazón no está contigo.

cuando Guejazí, el criado de Eliseo, el hombre de Dios, se dijo: 'Es claro que mi amo ha sido demasiado condescendiente con este sirio Naamán, hasta el punto de no aceptar de su mano lo que le había traído. ¡Vive el Señor, que voy tras él y consigo de él alguna cosa!'.

Y él pensó: ¿Qué haré, pues no tengo donde almacenar mis cosechas?

Así pues, los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos'.

Y la gente respondía: 'Éste es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea'.

se puso detrás de él a sus pies, y, llorando, comenzó a regarlos con sus lágrimas y a enjugarlos con los cabellos de su cabeza, los besaba y ungía con el perfume.

Jesús manifestó: 'Simón, tengo que decirte una cosa'. Y él: 'Maestro, di'.




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