Pero los fariseos y los doctores de la ley frustraron el plan de Dios para con ellos, no haciéndose bautizar por él.
'¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina a sus polluelos bajo las alas, y no has querido!
¿Cómo podéis decir: Sabios somos, tenemos con nosotros la ley del Señor? Ciertamente la ha cambiado en falsedad la pluma mendaz de los escribas.
Siendo, pues, colaboradores, os exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
Pero a Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo incrédulo y rebelde.
porque jamás dejé de anunciaros todo el plan de Dios.
y uno de ellos, doctor en la ley, le preguntó para tentarlo:
En Cristo también hemos sido hechos herederos, predestinados según el designio del que todo lo hace conforme a su libre voluntad,
No rechazo la gracia de Dios; pues si la justicia se obtiene por la ley, entonces Cristo murió inútilmente.
Habéis despreciado todos mis consejos y no habéis querido mis amonestaciones.
'¿A qué compararé esta generación? ¿A quién se parece?
Y si decimos que de los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era profeta'.