Salta de júbilo, hija de Sión; alégrate, hija de Jerusalén, porque tu rey viene a ti: justo y victorioso, humilde y montado en un asno, joven cría de una asna.
Por eso el Señor los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.
Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittín dos espías con esta consigna: 'Id a explorar la tierra de Jericó'. Ellos fueron y entraron en casa de una prostituta llamada Rajab, y se alojaron allí.
Y el Señor dijo: 'Si tuvierais una fe tan grande como un grano de mostaza y dijerais a este sicómoro: Arráncate y trasplántate al mar, él os obedecería'.
Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: 'Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres; y si he estafado a alguien, le devolveré cuatro veces más'.
El Señor se volvió, miró a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra del Señor cuando le había dicho: 'Antes que cante el gallo hoy, me negarás tres veces'.