El muerto se sentó y comenzó a hablar; y él se lo entregó a su madre.
y sucedió que mientras unos hombres estaban enterrando a un muerto, divisaron una banda, echaron al hombre en el sepulcro de Eliseo y escaparon. Apenas aquel hombre tocó los huesos de Eliseo, revivió y se puso en pie.
Luego se acercó y tocó el féretro; los que lo llevaban se detuvieron; él dijo: 'Joven, yo te lo mando: Levántate'.
Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios, diciendo: 'Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo'.
Eliseo le dijo: 'Agárrala', y el otro alargó la mano y la recogió.