Jesús extendió la mano, lo tocó y dijo: 'Quiero; queda limpio'. Y al instante quedó limpio de su lepra.
Asiria no nos puede salvar; no montaremos ya en los caballos, y no diremos más 'dios nuestro' a la obra de nuestras manos, pues en ti encuentra compasión el huérfano.
Os libraré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo, lo multiplicaré y no pasaréis más hambre.
Entonces bajó, se bañó siete veces en el Jordán, como había dicho el hombre de Dios, y su cuerpo quedó limpio como el de un niño.
Él se inclinó sobre ella, ordenó a la fiebre, y la fiebre la dejó. Ella se levantó inmediatamente y se puso a atenderle.
porque él lo dijo, y todo fue hecho; él lo ordenó, y todo existió.
Pero Eliseo le mandó a decir: 'Anda, báñate siete veces en el Jordán, y tu cuerpo quedará limpio'.
Dios dijo: 'Reúnanse en un solo lugar las aguas inferiores y aparezca lo seco'; y así fue.
Dios dijo: 'Haya luz', y hubo luz.
Jesús extendió la mano, lo tocó y dijo: 'Quiero. Queda limpio'. Y al instante quedó limpio de su lepra.
Estando Jesús en una ciudad, un hombre lleno de lepra, al verlo, se puso de rodillas ante él y le dijo: 'Señor, si quieres, puedes limpiarme'.
Y le ordenó: 'No se lo digas a nadie; pero, anda, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés para que les conste tu curación'.