David levantó los ojos y vio al ángel del Señor que estaba entre la tierra y el cielo, con la espada desenvainada en su mano y vuelta hacia Jerusalén. El rey y los ancianos, vestidos de saco, cayeron con sus rostros en tierra,
Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un hombre tenido en mucho y apreciado por su señor, porque por su medio el Señor había concedido una victoria a Siria. Pero estaba leproso.
Él respondió: 'No, yo soy el jefe del ejército del Señor y acabo de llegar'. Josué cayó rostro en tierra, le adoró y le dijo: '¿Cuáles son las órdenes de mi Señor a su siervo?'.
En caso de lepra, observad con exactitud y poned en práctica todo lo que os han enseñado los sacerdotes levitas. Procurad cumplir todo lo que yo les he ordenado.
una llama que salía de la presencia del Señor consumió el holocausto y las grasas sobre el altar. Ante esta visión, todo el pueblo lanzó gritos de alegría y cayeron rostro en tierra.