no perdonó al mundo antiguo, sino que, reservándose sólo ocho personas, entre las cuales Noé, como heraldo de justicia, desencadenó el diluvio sobre el mundo de los que practicaban la injusticia;
los cuales se habían mostrado reacios a la fe en otro tiempo en los días de Noé cuando Dios esperaba con paciencia mientras se construía el arca en la cual unos pocos ocho personas se salvaron del agua;
Por la fe Noé, divinamente advertido acerca de las cosas que todavía no se veían, movido de un religioso temor, construyó un arca para salvar a su familia; por la fe condenó al mundo y se convirtió en heredero de la justicia que se obtiene por la fe.
Todos los seres vivientes sobre la superficie de la tierra fueron exterminados; hombres y bestias salvajes, reptiles y aves del cielo desaparecieron de la tierra. Únicamente quedó Noé y los que estaban con él en el arca.