Aquel mismo día, dos de ellos se dirigían a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos trece kilómetros.
Uno de ellos, llamado Cleofás, respondió: '¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha sucedido en ella estos días?'.
Iban hablando de todos estos sucesos;