no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición.
Diréis a José: Perdona el delito y el pecado de tus hermanos, el mal que te hicieron; perdona el delito de los siervos del Dios de tu padre'. José, al oírlo, se echó a llorar.
Por eso le daré en herencia multitudes, y gente innumerable recibirá como botín, pues se entregó indefenso a la muerte y fue contado entre los malhechores, él, que llevaba los pecados de muchos e intercedía por los malhechores.
En aquel tiempo Jesús dijo: 'Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos.